¡Los sacramentos no sirven para decorar la vida; ¡qué lindo el matrimonio, qué linda la ceremonia, qué bella la fiesta!... Pero, ¡aquello no es el Sacramento, aquella no es la gracia del sacramento. Es una decoración¡. ¡Y la gracia no es para decorar la vida, sino para hacernos fuertes en la vida, para hacernos valientes y poder ir adelante! Sin aislarse, siempre juntos. ¡Los cristianos se casan sacramentalmente, porque son conscientes de que lo necesitan!. Lo necesitan para vivir unidos entre sí y cumplir la misión de padres. “En la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad”