¡Es triste encontrar cristianos "aguados", que parecen vino aguado, y no se sabe si son cristianos o mundanos, como el vino aguado no se sabe si es vino o agua! Esto es triste. Es triste encontrar cristianos que ya no serán sal de la tierra, y sabemos que cuando la sal pierde su sabor, no sirve para nada. La sal ha perdido su sabor, porque se entregaron al espíritu del mundo, es decir se han convertido en mundanos.