EDUARDO JESÚS PEÑA JIMENEZ 02-05-1959 / 11-02-2023.
¡Que difícil resulta plasmar en unas pocas líneas una biografía de nuestro hermano Eduardo y de su huella como cristiano!
Nace en Almuñécar, provincia de Granada, aunque él siempre se consideró malagueño, ya que muy pronto sus padres se trasladaron a Nerja. Era el mayor de cuatro hermanos, todos varones uno de ellos con una discapacidad mental, su madre falleció cuando él contaba con 21 años, por lo que tuvo que ejercer de responsable de todos ellos durante bastante tiempo.
En Nerja, con 16 años, empezó a impartir catequesis a niños, con muchos de ellos nunca perdió el contacto. Ya por entonces había conocido a la que sería su esposa años más tarde, nuestra Carmeli...
Antes de empezar sus estudios superiores, pensó que el Señor lo llamaba de una manera especial y estuvo 6 meses en el noviciado de la Compañía de Jesús en Sevilla, descubriendo que esa no era su vocación.
Ya en Málaga, cuando finalizó sus estudios de Magisterio, el párroco de la Iglesia Nuestra Señora de las Flores le ofreció su casa para vivir en fraternidad y allí estuvo viviendo alrededor de dos años , hasta encontrar una salida laboral
En 1987 contrae matrimonio con Carmen Bueno (Carmeli) y al poco tiempo se trasladan a vivir a Fuengirola, allí nacería su única hija Mari Carmen Peña Bueno.
En el año 92, por una enfermedad genética, le dejaron de funcionar sus riñones, teniendo que someterse a diálisis hasta que le trasplantaron uno…
Años más tarde entraría a formar parte del centro infantil de Mies en Los Boliches su hija y sería , por medio de ella, como empezaron a conocer nuestra Asociación , entrando en la comunidad Virgen del Carmen junto a José Mari Maqueda y Susana Casiliari y siendo nuestra querida Conchi López su catequista. Todos se vinculan a Mies y Eduardo posteriormente también emitiría las promesas.
Fue un misionero entregado a las parroquias, allí donde se le necesitaba acudía, impartió catequesis a jóvenes, cursillos prematrimoniales, estuvo vinculado a la cofradía del Cristo yacente de Fuengirola desempeñando el cargo de administrador y tesorero de la hermandad.
Fue una persona generosa, que no soportaba las injusticias lo que le valió algún que otro disgusto. Puntual, siempre el primero en nuestras reuniones de comunidad, ordenado, responsable, serio pero a la vez con un sentido del humor fino e inteligente, se reía de sí mismo. Durante su tiempo de responsable de comunidad siempre se preocupó por todos. Tenía los rasgos de padre muy definidos, quizás porque tuvo que ejercer de ello con sus hermanos.
Le preocupaban los jóvenes y conversaba mucho con ellos. Se ofrecía como ayudante de cocina en los campamentos de Jara.
A pesar de su enfermedad, nunca renunció a ejercer ningún cargo que se le encomendara en nuestra comunidad.
Hace tres años aproximadamente aquel riñón trasplantado también le dejó de funcionar y tuvo que volver a la diálisis.
Nunca faltó a nuestras reuniones y si no podía presencialmente se conectaba. Destacamos su ejemplo a la hora de llevar su enfermedad, totalmente entregado a las manos de Dios, ocultaba sus dolores ante los demás y supo aceptar lo que le ocurría a lo largo de los años de su tratamiento con una sonrisa y con buen humor.
Eduardo ha sido y es un regalo de Dios para su familia y para nuestra comunidad-
Comunidad Virgen del Carmen