La nueva estrella que se apareció a los Magos era la señal del nacimiento de Cristo. Si no hubieran visto la estrella, aquellos hombres no habrían partido. La luz nos precede, la verdad nos precede, la belleza nos precede. Dios nos precede. El profeta Isaías dijo que Dios es como la flor del almendro. ¿Por qué? Porque en aquella tierra el almendro es el primero que florece. Y Dios siempre precede, siempre el primero que nos busca, Él da el primer paso. Dios siempre nos precede. Su gracia nos precede y esta gracia ha aparecido en Jesús. Él es la Epifanía. Él, Jesucristo, manifestación del amor de Dios. Está con nosotros.