Todos por lo tanto estamos llamados a acoger con mente y corazón abiertos la palabra de Dios que la Iglesia cada día nos da, porque esta Palabra tiene la capacidad de cambiarnos desde el interior. Solamente la palabra de Dios tiene esta capacidad, de cambiarnos bien desde dentro, desde sus raíces más profundas. Solamente la palabra de Dios tiene este poder ¿y quién nos da esta palabra de Dios?: la Madre Iglesia.