día 4

LUCHA POR EL QUE NADIE ESCUCHA

La Amargura o sus comienzos. Barrio de referencia. Aquí nos dedicamos de lleno a cómo vivía nuestro amado cura el 4º fin de Mies (LUCHA).
 

 

 

EQUIPO

 

En este día queremos hacer hincapié en cómo el sueño de Ernesto de llegar a los niños y a los jóvenes toma forma gracias a la oración, la ilusión y el esfuerzo. Los sueños no son imposibles de conseguir.

Palabras clave= lucha, esfuerzo, dedicación, entrega

Para situarnos:

En principio, el cura quería irse de misiones pero por falta de salud lo mandaron a la parroquia de la Amargura y allí empezó con los infantiles que iba conociendo.    Empezamos en un piso que tenía la parroquia en las Viviendas de Cuevas y allí teníamos las reuniones,  los actos marianos y el salón recreativo.  Había un futbolín y muchos juegos y el piso servía para todo,  ya fuera reuniones, juegos y oraciones.  El barrio era obrero,  de gente media sencilla y lo que sí había era muchos niños y eso le hizo más fácil la labor al cura,  además,  sin tener cualidades atrayente el Señor hacía que los niños se le acercaran y contactaran muy bien con él.
Además de asistir niños del barrio de las “Viviendas” acudieron los niños del “Arroyo del Cuarto”, que eran gitanillos. A Ernesto le daba muchísima alegría, porque era lo que la Virgen le había inspirado: la dedicación a los niños más pobres. Enseguida se mezclaron y no hubo entre ellos ninguna discriminación.

Había un sentido de familia muy grande y eso hacía que te sintieras muy bien y que quisieras volver al día siguiente.  No nos daba pereza nada,  ni el madrugar para una reunión,  e incluso nos quedamos algunos domingos sin salir porque alguna amiga nos necesitara.  Teníamos las reuniones los sábados y los domingos y una hora antes nos íbamos casa por casa a recoger a las niñas de nuestro grupo para que no faltara nadie.

El cura Ernesto nos inculcaba la responsabilidad,  la vida interior y el amor a María además de la preocupación por los demás jóvenes. Allí se compartía todo.

Tanto Ernesto como los niños compartieron también los piojos que traían los más desamparados. Durante toda su vida ha repetido que nuestra preferencia como misioneros tiene que ser el apostolado con los niños más abandonados: “Nuestros centros apostólicos tienen que tener unos brazos muy largos que vayan a esos lugares”

Durante toda su vida, Diego Ernesto iba por las mañanas a visitar a personas necesitadas y les daba lo que podía. Había un gitanillo llamado Juanito, que iba todas las semanas al Centro Mies. Ernesto siempre le daba algo y se mostraba cariñoso con él. Un día, Juanito le dijo: “Padre, ¿por qué haces esto por mí? Diego Ernesto le dijo: “porque te quiero mucho”. El muchacho se echó a llorar.


 

 

  1. Partimos de la vida

-       Antes de comenzar, ponemos el grupo en manos de María. Como sabemos Diego Ernesto tenía un especial cariño por la Virgen, por lo que le ofrecemos a ella este día de Campamento (podemos hacerlo con una canción a María que se sepan los  jóvenes para que puedan cantarla (si el responsable o alguno de los  jóvenes sabe tocar la guitarra, ¡estupendo!), con un Dios te salve o con el rezo del Ángelus. Se puede repartir el Ángelus entre los miembros del grupo y así se hace entre todos):

 

Para comenzar el grupo, después de haber puesto en situación a los  jóvenes acerca de día que vamos a tratar, podemos comenzar el grupo,  haciendo las siguientes preguntas a nuestros  jóvenes:

-       ¿Cuánto tiempo llevas en el centro? ¿Qué recuerdas del primer día?

-       ¿Qué parecido encuentras entre los primeros centros y el centro en el que tú encuentras?

-       Cuenta algo importante para tu vida que hayas vivido en compañía de tus responsables y tus amigos en el centro. ¿Cómo te sentiste? ¿Cómo fue ese momento/ese día?

-       Antes de pasar a la lectura, vamos a comentar la siguiente imagen:

-       ¿Qué nos sugiere? ¿Cómo podríamos relacionarla con lo que se hace en nuestros centros?


 

2.    Tu Palabra nos da VIDA

Lectura:

(Mateo 25, 31-46)

Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos

ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria.

Y serán reunidas delante de él todas las gentes.

Entonces el Rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos

de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la

fundación del mundo.

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis

de beber; fui huésped, y me recogisteis;

Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la

cárcel, y vinisteis a mí.

Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos

hambriento, y te sustentamos? ¿O sediento, y te dimos de beber?

¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿O desnudo, y te cubrimos?

¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo

hicisteis a uno de estos mis hermanos, a mí lo hicisteis.

 

Breve explicación:

La doctrina de Jesús excluye toda acción desinteresada, como el actuar para conseguir recompensas divinas. Su doctrina se basa en el amor desinteresado al prójimo necesitado. En esta lectura, Jesús se dirige a todos, también fuera del ámbito visible de los discípulos de su Iglesia, puede tener lugar el Reino.

La escena nos hace comprender que muchos, sin conocer a Jesús, se ajustan a los valores del Reino en la entrega y el amor al prójimo. Dios se encuentra de “incógnito” en todos los pobres de la tierra, oculto en todos los rostros doloridos.

Con esta enseñanza, Jesús da un toque de atención a los cristianos que descuidan su compromiso práctico, para despertarlos y recordarles que el destino de cada uno se decide en la actitud que tenga ante las necesidades que le presenta el hermano.

Como hemos comentado anteriormente, el Padre Ernesto se interesaba por los niños y jóvenes del barrio, se preocupaba por sus vidas y los trataba con cariño, a todos por igual. Ernesto supo descubrir a Dios en el hermano y a través del 4.º fin de Mies nos ayuda a descubrir y a querer, de verdad, al otro como un regalo de Dios.

4.º Fin de Mies: Liberación integral de las personas a través de la no violencia evangélica. ----- El otro es un regalo, descúbrelo


 

Desarrollo de la dinámica:

Se prepara una cartulina que se dividirá en tres partes: El otro - regalo descúbrelo (quién es el otro, cómo puede ser el regalo y de qué manera lo podemos descubrir).

 

Materiales: bolígrafos o lápices para escribir, cartulina y post-it (tres colores diferentes según las partes antes dichas).

 

- Se pide a los  jóvenes que escriban, en el post-it de color correspondiente, lo que les sugiere cada una de las expresiones que configuran el lema (El otro - regalo - descúbrelo).

- Sucesivamente irán poniendo en el apartado del mural que corresponda sus aportaciones.

- Prever un tiempo suficiente para que reflexionen sus aportaciones, las escriban en el post-it correspondiente y las sitúen en el apartado apropiado del mural.

 

Después se leerá cada apartado con las aportaciones de todos, de esta manera iluminaremos el lema desde nuestra experiencia y tomaremos conciencia de la diversidad de posibilidades que se nos presentan, a través del lema, cuando nos preguntamos quién es el otro, cómo puede ser el regalo y de qué manera lo podemos descubrir.

 

  1. La VIDA en oración

Una vez que nos hemos dado cuenta de cómo estamos rodeados de personas que son un regalo en nuestro día a día, ahora que nos encontramos de campamento vamos a dar gracias por cada una de las personas que lo forman. Cada uno de manera individual va a dar Gracias por una persona en concreto (cocineros, pinches, sanitario, jefe de campamento, mantenimiento) y va a decir por qué da las gracias expresamente por esa persona.

 

  1. Entrega tu VIDA

 

Para terminar, podemos escuchar, leer o cantar la canción Sé que voy contigo. Pedimos a los jóvenes que se fijen expresamente en la parte de la canción (Quiero ser tu amigo, quiero ser tu casa, ser tu confidente, ser de ti palabra…)

Reflexionamos sobre lo siguiente:

¿Qué queremos ser nosotros para los demás?

Desarrollo:

Repartimos un trozo de cinta o lazo con los nombres de las distintas personas del grupo, donde ponga, por ejemplo, MARTA, QUIERO SER TU COMPAÑERO DE MESA EN LAS COMIDAS PARA QUE NO TE SIENTAS SOLA.

Con rotulador permanente los  jóvenes pondrán lo que quieren ser para la persona que les ha tocado durante los días que quedan de campamento. El trozo de cinta o lazo nos lo ponemos atado en la muñeca  a modo de pulsera para que no se nos olvide el compromiso adquirido por esa persona.

Material: rollo de lazo o cinta y rotulador permanente

Si no se puede hacer porque no se haya llevado este material, lo podemos hacer en folios y pegarlos dentro de la cabaña para que estén presentes en los días que quedan.

 

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Diego Ernesto