día 6
ANTE EL DOLOR, ALEGRÍA Y AMOR
Enfermedad desde la fe. (CONFIA) A pesar de verse imposibilitado por las muchas enfermedades que tenía, Diego Ernesto sabe aprovechar y disfrutar del Reino de Dios aquí, ya, en la Tierra. Se le ve feliz. Es feliz. Ha puesto sus panes y sus peces y Dios ha hecho el milagro: Mies.
EQUIPO
a. Información previa al responsable Este día habla de la confianza que tenía Diego Ernesto en Dios, incluso en la enfermedad. Diego Ernesto sabe aprovechar y disfrutar del Reino de Dios aquí, ya, en la Tierra. Se le ve feliz. Es feliz. Ha puesto sus panes y sus peces y Dios ha hecho el milagro: Mies. En la última etapa de su vida, Diego Ernesto, teniendo enfermedades graves y dolorosas, reflejaba que era cada vez más alegre, más libre, más feliz. El camino de la Infancia espiritual de Santa Teresita, resonaba en sus labios con más fuerza todavía, y en el mismo, se notó un cambio, que nos alegró mucho a la mayoría porque se mostró más flexible y cariñoso. De lo que le gustaba hablar, como nuestro Patrono San Juan Evangelista, era del Amor. Diego Ernesto hablaba del amor al Señor, a la Virgen, a todos y de que nos sintiéramos libres y felices y en que lo que peor podemos caer, es en el desaliento. Repetía sin parar: “Tened siempre Amor, Libertad, Esperanza, Alegría”
b. Partimos de la vida Dinámica del ciego Se dividen los jóvenes por parejas. Si son impares, el responsable se pone con uno. Se ha de hacer hincapié en que esto no es juego, sino un ejercicio, y que todos tienen que hacerlo muy bien. Uno de la pareja se pone delante y otro detrás. El que está delante se deja caer de espaldas, y el de atrás lo tiene que coger (es muy importante que lo hagan bien, si no, el primero puede hacerse daño, ante la duda no pongáis detrás a alguno que sea más infantil o juguetón, por si acaso). Lo repetimos varias veces y podemos turnarnos, y los que han estado delante ahora están detrás y viceversa. Al final ponemos en común la experiencia. La palabra “fe” y la palabra “confiar” tienen la misma raíz y están muy relacionadas. Confiar=tener fe. ¿Qué han sentido? ¿Han tenido miedo? ¿Confían los demás en mí? Si no es así por qué creemos que pueda ser? Dicen que el que no confía demuestra ser de poca confianza él mismo (el ladrón piensa que todos son de su misma condición). ¿Estás de acuerdo? Seguramente a la mayoría les haya costado dejarse caer a ciegas, sobre todo al principio. Si alguno ha bromeado y ha dejado caer al compañero más de lo necesario para cogerlo en el último momento después habrá sido difícil que el otro confíe ciegamente en él. Dios nunca nos abandona y nunca nos dejaría caer, pero hace falta que pongamos toda nuestra confianza en Él para poder caer en sus brazos. Si no nos arriesgamos y confiamos “ciegamente” será difícil estar junto a Dios. Para seguir reflexionando: Aunque pase desapercibido, hemos recibido uno de los regalos más grandes que pueden recibirse: ¡nuestra vida! ¿No es esto ya motivo de alegría? Dios ha querido que existamos para que disfrutemos de la vida que nos rodea, y hagamos cada día su obra presente. Jesús quiere que estemos siempre alegres, porque Él estará siempre con nosotros. Debemos confiar en Él, y no estar preocupados por las cosas que nos pasan o vayan a pasarnos en un futuro. Hoy vamos a aprender a vivir con alegría confiando en Dios. - ¿Estás alegre todos los días de tu vida? - ¿Qué cosas te quitan la alegría? - ¿Cuándo y por qué estamos tristes? - ¿En qué personas confías tú? ¿Por qué? - ¿Cómo tiene que ser una persona para que confíes en ella? - ¿Qué tendría que ocurrir para que desconfiaras?
c. Tu palabra nos da vida ØJn 6, 1-15 Multiplicación de los panes y los peces (Mt 14, 13-21) Después de esto pasó Jesús a la otra orilla del lago de Galilea –el Tiberíades-. Le seguía un gran gentío, porque veían las señales que hacía con los enfermos. Jesús se retiró a un monte y allí se sentó con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Levantando la vista y viendo el gentío que acudía a él, Jesús dice a Felipe: - ¿Dónde compraremos pan para darles de comer? Lo decía para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le contestó: - Doscientas monedas de pan no bastarían para que a cada uno le tocase un pedazo. Uno de los discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dice: - Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es eso para tantos? Jesús dijo: - Hagan que la gente se siente. Había hierba abundante en el lugar. Se sentaron. Los hombres eran cinco mil. Entonces Jesús tomó los panes, dio gracias y los repartió a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados: dándoles todo lo que quisieron. Cuando quedaron satisfechos, dice Jesús a los discípulos: - Recojan las sobras para que no se desaproveche nada. Las recogieron y, con los trozos de los cinco panes de cebada que habían sobrado a los comensales, llenaron doce canastas. Cuando la gente vio la señal que había hecho, dijeron: - Este es el profeta que había de venir al mundo. Jesús, conociendo que pensaban venir para llevárselo y proclamarlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo. La lectura nos demuestra que Dios es capaz de todo, aunque nosotros no podamos creerlo. Muchas veces pensamos que nuestros problemas no tienen solución, que hemos fracasado… Basta que nos pongamos en presencia del Señor, que nos ofrezcamos a Él, que hará con nosotros lo que sea mejor. Jesús tomará nuestros panes y peces, nuestros dones, fallos y virtudes, y los multiplicará en amor para todos. En alegría constante. d. La vida en oración: Ø¿De qué manera Dios nos hace felices? Ø¿Cuál es el secreto para no perder nunca la alegría? Ø¿Confías en Dios? ¿Por qué? Vamos a hacer una Acción de Gracias por las cosas que nos hacen felices, fijándonos en aquellas más pequeñas, como Teresita. Repartiremos unos papeles con una cara sonriente, y en ellos escribiremos qué cosas nos pueden hacer felices cada día, en lo más cotidiano. (las caras están en el anexo I) Para que sea más simbólico, podemos llevar preparados unos lazos/cuerdas amarillos (o de otro color). Si son lazos, cada uno puede escribir en él momentos o cosas sencillas que nos hagan felices. e. Entrega tu vida: compromiso Para terminar, podemos intercambiar en el grupo los lazos/cuerdas y usarlos como pulseras, como símbolo de que intentaremos estar siempre alegres, y hacer felices a los de nuestro alrededor amando a los demás. Además, el hecho de llevarnos la “pulsera” de recuerdo nos hará recordar en los momentos de tristeza que tenemos que confiar siempre en Dios, y ¡estar siempre alegres! Nos despedimos con la canción “Confío” de Ixcis. ¿Estamos dispuestos a confiar, a tener “fe” en el Señor? (letra al final del documento con los acordes)
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