día 2
De un humilde corazón nacerá la salvación.
DIEGO ERNESTO
Evangelio de la gracia P 246
Los humillados, los esclavizados, conseguirán de Dios la libertad que anhelan; les rebosará, les inundará de felicidad y plenitud. «Porque Dios ha mirado la humillación de su esclava». María no busca su propia libertad ni la defiende; lucha, más bien, por la libertad de los demás: «¡No tienen vino!»...; «estaba junto a la Cruz»...; «he ahí a tu
Madre»...; «he aquí la esclava del Señor». Esta es la misión de María: servir, suplicar la liberación de sus hijos. Y para ello María fue pobre con los pobres, estéril con las estériles, discriminada con las discriminadas. Y todo por amor efectivo. Porque el único que libera es el amor.
Evangelio de la gracia P 408
La principal razón de que María cale tanto dentro de nosotros es porque esta faceta de su vida es lo que más podemos imitar: nosotros no podemos ser «madre de Dios»
en sentido biológico, pero dice el Señor: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica (Mt 12,48-50). Así pues, nosotros podemos ser «madre de Dios» en ese sentido.