día 4

Dios está en la oración,

te espera con emoción.

 

CUENTO

 

Paulo Coelho, en su libro " A orillas del río Piedra, me senté y lloré", cuenta una historia que nos hace pensar:

Un misionero español visitaba una isla, cuando se encontró con tres sacerdotes aztecas.
-    ¿Cómo rezáis vosotros?-preguntó el padre.
-    Solo tenemos una oración- respondió uno de los aztecas- Nosotros decimos “Dios, Tú que eres infinito, acuérdate de nosotros”.

-    Bella oración- dijo el misionero- Pero no es exactamente la plegaria que a Dios le gusta escuchar. Os voy a enseñar una mucho mejor. El padre les enseñó una tradicional oración de alabanza a Dios y prosiguió su camino. Años más tarde, ya en el navío que le llevaba de regreso a España, tuvo que pasar de nuevo por la isla. Desde la cubierta, vio a los tres sacerdotes en la playa, que al reconocerlo parecían hacerles señas.

En ese momento, los tres comenzaron a caminar por el agua hacia él.
-¡Padre!, ¡Padre!- gritó uno de ellos, acercándose al navío- Enséñanos de nuevo la oración que Dios escucha! ¡No conseguimos recordarla!
- No importa- dijo el misionero, viendo el milagro- Yo estaba equivocado.
Y retomó una vez más su viaje, avergonzado ante Dios por no haber entendido antes que Él, que hablaba todas las lenguas, escuchaba todas las plegarias.

La oración que es un diálogo, una comunicación cercana desde nuestro interior hacia nuestro Padre, da igual si la cantamos, si la repetimos una y otra vez, si es con una lectura , un salmo…pero como dice  Santa Teresa “ La oración no consiste en pensar mucho sino en amar mucho”

 

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