día 3
Veré a Dios en el hermano
si camino de su mano
Dios en el hermano. El Servicio como expresión de amor. La Iglesia. La
importancia del grupo. Yo solo no puedo, con amigos sí.
EQUIPO 1. Partimos de la vida. Comenzamos el equipo hablando a los juveniles de sus distintos ambientes. Por ejemplo: “Cerrad los ojos y pensad en los distintos ámbitos que forman la vida de cada uno de vosotros. El primer ámbito es la familia. ¿Quiénes la forman? ¿Cómo vivimos? ¿Qué rol tiene cada uno de sus miembros? ¿Qué os gusta más de ella? ¿Qué menos? ¿Qué te aporta la familia? ¿Qué aportas tú a la familia? ¿Podrías prescindir de ella? (Y así todas las que se os ocurran). El siguiente ámbito es el instituto, concretamente el grupo-clase. ¿Quiénes la formáis? ¿Cómo es vuestro día a día? ¿Qué rol tiene cada uno de los miembros? ¿Qué te aporta y qué aportas tú al grupo?... El siguiente ámbito es el extraescolar, aquí se incluyen todas esas actividades fueras de horario lectivo, como es el fútbol, idiomas o conservatorio de música. ¿A qué grupo pertenezco? ¿Qué rol tiene cada una de las personas? ¿Qué características tiene este grupo? ¿Qué me aportan las personas que forman este grupo?.... Un nuevo ámbito es el centro Mies al que pertenece. Planteamos preguntas similares: ¿Quiénes la formamos? ¿Cómo vivimos? ¿Qué aportamos cada uno? ¿Qué rol tiene cada uno?....”. Una vez pensado el valor que tienen las personas en los distintos ambientes en los que un juvenil se mueve, proponemos lo siguiente: “Un día cualquiera, te levantas con el día tonto. Preparas la maleta porque tienes un viaje previsto a visitar a unos amigos. Tus padres tratan de ayudarte, diciéndote en repetidas ocasiones esas frases como… ¿Has preparado el pasaporte? ¿Llevas toda la ropa? ¿Has guardado el dinero en distintos compartimentos?... Tú, cansado de tantas preguntas, gritas a tus padres, diciéndoles que lo tienes todo listo, que te dejen en paz. Coges la maleta y te vas dando un portazo. Vas a visitar a tus amigos para despedirte. Pero como tienes el día tonto, tratas de manera brusca a tu mejor amigo cuando te dice que tengas cuidado. Acabas enfadado con todos y te vas. Vas ahora a despedirte de tu equipo de fútbol. Van a jugar los últimos partidos de liga sin ti y estáis a pocos puntos de conseguir vuestro objetivo. Mientras te despides, uno de tus compañeros te dice que menos mal que te vas, que así ganarán seguro. El comentario no te sienta bien, por lo que te vas enfadado del equipo. Te vas para el aeropuerto, enfadado con tu familia, tu equipo de fútbol y tus amigos. Montas en el avión rumbo a Miami. En mitad del vuelo se producen unas turbulencias. El avión rompe todos los motores y se estrella en la orilla de una desértica y paradisiaca isla (estilo Lost). Eres el único superviviente del vuelo y en la isla no hay nadie. No existen medios para comunicarse. Solo dos palabras: silencio y soledad”. ¿Qué pensamientos tienes en la mente? Posiblemente de arrepentimiento por haberte enfadado con todas las personas a las que quieres. Estás incomunicado y no sabes si volverás a ver a todas esas personas que forman tu vida. “De pronto, aparece una paloma mensajera, la coges, y en un papel que trae atado a sus patas, junto a un bolígrafo que encuentras en la arena, decides escribir una nota a esas personas que tanto aprecias”. ¿Qué le escribirías y a quién? (No te importe el tamaño del folio). Importante: el responsable debe guiar siempre la experiencia de manera que el joven se sienta unido a sus distintos círculos de amistades, que sin los demás no puede vivir. Que todos necesitamos de todos. Solo podemos crecer, si lo hacemos acompañados del hermano.
2. Tu Palabra nos da VIDA Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3.11-32
Explicación. Entre las múltiples lecturas que podemos hacer de este pasaje, nos vamos a centrar en dos aspectos: la familia, especialmente la alegría al estar unida al final de la parábola, y la soledad que experimenta el hijo perdido durante su estancia fuera de casa. La familia: es el primer grupo de pertenencia de toda persona. En condiciones normales, todos tenemos una familia desde que nacemos. Crecer en familia supone crear unos vínculos fuertes, que hacen que sintamos especial apego hacia esas personas. La familia se convierte, pues, en el primer grupo humano donde la persona experimenta emociones y sentimientos y, por supuesto, el símbolo de pertenencia a un grupo. La familia es también el primer círculo de personas que nos llevan a Dios, bien por su propia creencia o por la multitud de hechos culturales que rodean nuestra sociedad. Así, en la parábola se observa cómo el padre siente alegría por recuperar a su hijo, lo que hace que la familia vuelva a estar completa. La principal referencia vuelve a brillar. Por otro lado tenemos la soledad que experimenta el hijo mayor al abandonar la casa paterna. El muchacho se va con parte de la herencia, la gasta, malvive. En esa época, nadie lo acompaña, ni la familia, ni amigos. No tiene ningún grupo de pertenencia. Esto provoca que las emociones y sentimientos que vive el joven sean negativas. No solo se queda sin dinero, sino que también se queda sin personas cercanas que lo quieran y le demuestren el afecto que toda persona necesita. Esa soledad experimentada podemos vivirla en nuestra sociedad actual. Cada uno de nosotros puede tener esos momentos en los que acecha la oscuridad, especialmente donde no recibimos todo el afecto que nuestro sistema emocional requiere. Por eso es interesante que todas las personas tengamos nuestros grupos de referencias. Así, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo o instituto, los hermanos de la parroquia…. Todos ellos son grupos de personas que nos acompañan en nuestras vidas. Dios se hace presente en cada uno de esos grupos y ambientes, lo que hace que Dios nos acompañe y pueda dirigirse a nosotros en cualquier momento. Como cristianos, tenemos un grupo principal al que pertenecemos: la Iglesia. Todos somos Iglesia desde el momento en el que nos bautizamos. Esta pertenencia abre el horizonte, debido a que es un multitudinario grupo de personas que viven de una determinada manera. Tenemos millones de hermanos por todo el mundo, por lo que no podemos decir nunca que “estamos solos”. En cada grupo humano tengo hermanos. Hermanos que Dios me pone para caminar junto a ellos, porque mutuamente nos ayudamos, nos animamos, nos amamos. Sin ellos no soy nada, no soy nadie. Necesito del hermano. Dentro de cada hermano está el mismo Dios. ¿Cómo puedo atentar contra el hermano? Solo cuando acepto y quiero al hermano tal y como es, entonces es cuando acepto que ahí habita Dios. Y solo cuando veo a Dios en el hermano, podré ser feliz.
3. La Vida en Oración. Se trata de que el grupo concluya con una breve oración donde oramos con actitud agradecida por lo descubierto durante el tema o se pide por aquello que hemos descubierto que no vivimos para ponerlo en práctica. Proponemos: - Que cada miembro de gracias por las personas que tiene en su vida. Si quiere, puede nombrarlas una a una. Además, pueden dar gracias por aquello que hayan aprendido durante la catequesis. - Rezad la siguiente oración juntos. Por la Unidad del Pueblo de Dios.
OH Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nuestro único Salvador,
el Príncipe de Paz; Danos gracia para que de corazón consideremos
seriamente los grandes peligros en que nos hallamos por nuestras
desdichadas divisiones. Aparta de nosotros todo odio y malos juicios, y
cuanto pudiere impedir una santa unión y concordia: para que así como no
hay más que un Cuerpo y un Espíritu, y una Esperanza de nuestra
vocación, un Señor, una Fe, un Bautismo, un Dios y Padre de todos
nosotros, así seamos todos de un corazón y una alma, unidos en vínculo
sagrado de verdad y paz, de fe y caridad, y con un corazón y una voz te
glorifiquemos; por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 4. Entrega tu VIDA. El equipo debe concluir con la invitación a llevar a la vida lo hablado en él. Los compromisos deben ser pequeños objetivos que nos indiquen por dónde podemos ser más felices y crecer más.
¿Qué objetivos se pone cada miembro del grupo para crecer y ser más feliz? He aquí algunas indicaciones: - Acercarme al hermano con el que no tengo contacto. Especialmente con aquél con el que me llevo mal. - Ser servicial, fregar los platos a los compañeros sin esperar nada a cambio. - Sonríe siempre ante cualquier situación. Si todo es de Dios, todo es Gracia. - Ver el rostro de Dios en cada persona que tengo alrededor. - Crear siempre buen rollo con todo el campamento. Nada de malas caras o peleas. - Reza cada día por algún miembro de tu parroquia. - Fomentar la empatía.
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