día 4
Dios está en la oración,
te espera con emoción.
Oración, Biblia, sacramentos. Vida contemplativa. El padrenuestro. 1000 maneras de hacer oración. Conocer e imitar a Jesús. Mirar con los ojos de Jesús.
EQUIPO
DIA 4 :
DIOS
EN LA ORACIÓN Y LA PALABRA
Vamos a hacer una comparativa del WhatsApp con la oración, veremos lo
necesario que es comunicarnos con aquellos que queremos y como esta
misma comunicación nos ayuda a conocerlos y por tanto a quererlos más.
El WhatsApp de Dios
Empezamos dialogando con el grupo sobre las siguientes preguntas:
¿Tienes WhatsApp verdad? ¿Cuántos escribes cada día aproximadamente?
¿Con quién te escribes frecuentemente? ¿De qué hablan? ¿De cuántos
grupos formas parte?
En general, lo que más nos gusta de WhatsApp es que podemos comunicarnos
con quien queremos en forma ilimitada y hacerlo de muchas
maneras no solo escribiendo (le pedimos a los jóvenes que digan que
más se puede hacer con el WhatsApp, aquí tenemos algunas ideas):
• Enviando una nota de audio
• Adjuntando una foto de
la camiseta que me quiero comprar o un selfie con mis amigos
• Compartiendo un enlace de mi canción favorita
A continuación vamos a ver como esta aplicación es un medio de
comunicación que tiene algunas características que son iguales a la
ORACION.
Veamos:
- A través de la oración podemos hablar con Dios de manera ilimitada,
en cualquier momento del día y en el lugar en el que estemos.
- Comunicarnos con Dios es como escribir un WhatsApp, no tienes que
fingir nada, puedes ser tú mismo con tus enfados y con tus
bromas, con tu forma natural de hablar
- Igual que con el WhatsApp, para orar podemos utilizar alguna canción,
otras veces utilizaremos fotos o imágenes, en ocasiones no pararemos de
hablar y enviar “mensajes” dándole las gracias, pidiéndole consejo o
contándole lo que nos preocupa. (En este momento podemos pedirles a los
jóvenes que el que quiera comparta aquellos recursos que utiliza para
orar)
- Y también recibiremos su mensaje. Igual que en el WhatsApp no siempre
tendremos una respuesta inmediata, a veces nos parecerá que Dios no está
“conectado” con nosotros, e incluso en algunas ocasiones no entenderemos
el mensaje. Otras veces nos llegará su mensaje cuando menos lo esperemos
o utilizará algún emoticono que nos emocionará, pero estad seguros de
que siempre siempre nos contesta.
En estos días ya hemos visto como nos envía su mensaje a través de la
familia, los amigos, de nuestra vida y hoy además veremos como siempre
podemos acudir a su Palabra.
2.
Tu Palabra nos da VIDA
Y es que la oración es nada más y nada menos que un diálogo con Dios,
con nuestro padre. Nos dice el papa:
“¡Jesús
nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la
posibilidad de una vida fecunda, una vida feliz, y también un futuro con
él que no tendrá fin, allá en la vida eterna. Pero nos pide que paguemos
la entrada. La entrada es que nos entrenemos para «estar en forma»,
para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando
testimonio de nuestra fe. A través del diálogo con él: la oración…
Yo le pregunto a Jesús ¿qué quieres que haga? ¿Qué quieres de mi vida?
Esto es entrenarse. Pregúntenle a Jesús, hablen con Jesús. Y si cometen
un error en la vida, si se pegan un resbalón, si hacen algo que está
mal. No tengan miedo. ‘Jesús, mira lo que hice ¿qué tengo que hacer
ahora?’ Pero siempre hablen con Jesús. ¡En las buenas y en las malas!
¡Cuando hacen una cosa buena y cuando hacen una cosa mala! ¡No le tengan
miedo, eso es la oración!”
Vamos a contemplar ahora a una mujer hablando así con Jesús, sin miedos,
tal como era. Vamos a ver cómo se deja mirar por Jesús y como esa mirada
transforma su ser y su mundo.
Lectura Jn 4,5-29
“Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad
que Jacob dio a su hijo José.
Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino,
estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: «Dame de beber.»
Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice
a la mujer samaritana:
«¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer
samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)
Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te
dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado
agua viva.»
Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo;
¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?
¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de
él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed;
pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el
agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para
vida eterna.»
Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y
no tenga que venir aquí a sacarla.»
Él le dice: «Vete, llama a tu marido y vuelve acá.»
Respondió la mujer: «No tengo marido.» Jesús le dice: «Bien has dicho
que no tienes marido, porque has tenido cinco maridos y el que ahora
tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.»
Le dice la mujer: «Señor, veo que eres un profeta.
Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén
es el lugar donde se debe adorar.»
Jesús le dice: «Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este
monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos,
porque la salvación viene de los judíos.
Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos
adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre
que sean los que le adoren.
Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.»
Le dice la mujer: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo.
Cuando venga, nos lo explicará todo.»
Jesús le dice: «Yo soy, el que te está hablando.»
En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una
mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué quieres?» o «¿Qué hablas con ella?»
La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente:
«Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será
el Cristo?»
Pistas para la reflexión:
-
Jesús ya está esperando a la Samaritana. La oración es un don, es un
regalo de Dios.
-
En la oración entramos en un diálogo no sólo de palabras, hay miradas,
gestos, silencios, sensaciones y vacíos.
-
Dios que es sorprendente, irá conduciendo este diálogo y si lo dejamos
nos desplaza y nos desborda.
-
La oración, el encuentro con Dios, es el agua que calma la sed, que nos
sacia
-
A través de la oración vamos conociendo a Dios y empapándonos de Él.
-
La oración, ese encuentro con Dios, transforma la vida porque nos dice
qué hemos hecho y nos lleva hacia el apostolado
(«Oración».Contada a los jóvenes Mariola López Villanueva)
Piensa en cómo miraría Jesús a la Samaritana. Esos son los ojos que
buscan los tuyos. Por favor, no te los pierdas. El día que los sientas
no podrás olvidarlos. En cada oración nos volvemos hacia esos ojos, que
nos bendicen, que nos embellecen, que nos llevan. No te encontrarás en
otro lugar como en ellos. No te verás en otro lugar como te ves allí.
Sólo ellos muestran nuestra verdad desnuda; y llegarás a amar tu pobreza
como nunca podrías haber imaginado. Mira desde Él a los demás, mira con
Él lo que vives, lo que bloquea tu corazón; lo que te da vida y lo que
te hace sufrir, tus miedos y tus sueños, las personas que forman parte
de ti…Mira también el dolor de los otros, sus anhelos, su bondad. No
dejes nada fuera de esos Ojos que ruedan para ti. Si te dicen que no
existen es porque no los han descubierto cuando tú los veas lo sabrás y
sólo en la oración se muestran. Se van tatuando poco a poco en lo más
hondo de ti.
Ahora vamos a tener juntos ese diálogo con Dios a través de una canción.
Podemos poner una de las camisetas con el lema del campamento en el
centro e imaginar que Dios nos canta cada estrofa y nosotros podemos
contestarle con el estribillo.
Si somos capaces incluso podemos terminar bailando la canción.
No importa desde donde
vengas
A continuación te desafiamos a que WhatsAppees con Dios a través de
alguno de los siguientes recursos:
• A lo largo del día detente en silencio a mirar el cielo y luego repite
y saborea algunos de los siguientes mensajes que Dios te envía:
“Que
nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que tu palabra, tu
conducta, tu amor, tu fe y tu limpio proceder te conviertan en modelo
para los creyentes”
(1
Timoteo 4:12)
“Respondí: —Ay, Señor mi Dios. ¡Pero si no sé ni hablar; soy
muy joven!
“Tu Dios está en medio de ti, poderoso salvador. Él exulta
de gozo por ti, te renueva con su amor, y baila por ti con gritos de
júbilo”
( Sofonías 3,17)
“Hijo, en la
medida de tus posibilidades trátate bien […] No te prives de pasar un
buen día”
(Eclesiástico 14,11.14)
“Os he dicho estas cosas para que mi alegría esté en
vosotros, y vuestra alegría sea plena”
(Jn 15,11)
“Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando. No os
llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo, a vosotros
os he llamado amigos”
(Jn 15,14)
• Toma un papel y anota 3 cosas por las que le estás agradecido a Dios.
• Hazte un cuaderno que será tu libro de “Quejas y sugerencias” allí
escribe todo lo que estas soñando, necesitando y todo aquello que te
preocupe.
• Vete un rato a la capilla y Míralo en el sagrario y deja que te mire.
• Igual que en un grupo en WhatsApp, vete con tu grupo a la capilla y
orad un rato juntos.
• Y cuando termine el campamento recuerda: Disfruta de tu WhatsApp
ilimitado con Dios.
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