día 1

Con Jesús, en la oración,

descubro mi vocación

 

 

EQUIPO

PARTIMOS DE LA VIDA

Hay que  formar dos equipos con los niños de la cabaña, en cada equipo deben elegir o echar a suertes un “ciego” que se tapará los ojos.

El ciego -con los ojos vendados- va de un extremo a otro de la cabaña o espacio acotado al aire libre sorteando una serie de obstáculos (bancos, mochilas, zapatos, colchonetas,  etc.) siguiendo las instrucciones dadas por sus compañeros.

Antes de empezar, el responsable hace salir de la cabaña o zona acotada al aire libre a todos los participantes y coloca los obstáculos que el ciego no podrá rozar. Hace pasar al primer equipo y cronometra el tiempo. Luego repite la misma operación con el segundo equipo. Mientras pasa un ciego, durante unos instantes que marcará el formador, los miembros del otro equipo pueden emitir sonidos sin usar sus bocas (palmadas, pisotones, golpes en el suelo con algún material, etc…), no siempre habrá “ruidos” para facilitar el objetivo.

Realmente lo interesante no es cuánto tiempo tarda un equipo u otro en guiar a su ciego desde el punto de partida hasta la meta. El foco se pone en si la persona que actúa en el rol de ciego sabe escuchar las instrucciones dadas por sus compañeros, y cómo éstos ponen en práctica sus habilidades de comunicación efectiva y cómo actúa el ciego cuando los “ruidos” impiden o dificultan escuchar las instrucciones de sus compañeros.

Cuestionario

1.      ¿Cómo se han sentido los ciegos? ¿Era fácil escuchar a sus compañeros cuando había ruidos?

2.      ¿Qué han sentido el resto de compañeros? ¿Aparte de los ruidos de los contrarios fue fácil comunicarse con el ciego?

3.      ¿Podemos trasladar este juego al día a día de nuestra cabaña?

Reflexión

La palabra vocación significa llamada, en concreto es la llamada de Dios a cada persona para ser feliz. Como hemos comprobado no siempre es fácil comunicarse, las llamadas a veces no llegan a ser escuchadas… Por ello es imprescindible alejarse de las situaciones de ruido para poder conocer la vocación, a qué nos llama Dios a cada uno.

TU PALABRA NOS DA VIDA

Lc 5, 1-11

Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.

Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.

Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.

Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red.

Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.

Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.

Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.

Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él,

10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.

11 Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

 

LA VIDA EN ORACIÓN

¡Señor! Queremos escucharte, oír tu voz. Necesitamos saber qué quieres Tú de nosotros para que seamos felices. En estos momentos del campamento te pedimos que te manifiestes, en cada gesto de mis compañeros, en cada esfuerzo por el bien de los demás, en cada sacrificio haciendo o comiendo algo que no me agrada mucho, en el silencio de la capilla (especialmente en la Eucaristía de cada día), en el buen rollo que voy a crear alrededor mía, en los momentos tensos en los que haré lo posible por calmar, en las diversiones del campamento, en los juegos en los que participaré pensando no en ganar a toda costa sino en lo bien que nos lo podemos pasar sin hacer trampas y aceptando el resultado caso de perder…

ENTREGA TU VIDA

Como compromiso todos los miembros de la cabaña van intentar buscar un hueco de unos 5 minutos cada día del campamento para rezar, bien delante del Sagrario en la capilla o bien en algún lugar solitario (avisando a su responsable de dónde estará) en algún tiempo libre: después de comer, antes de misa, al final del grupo si da tiempo, en algún hueco del día…

En esta oración personal intentarán meditar el lema del día y pensar en su futuro de cara a lo que se está proponiendo cada día. Para hoy el compromiso es meditar sobre el silencio y la escucha…¿hago silencio en el día a día? ¿Me paro a escuchar?

 

 

 

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Diego Ernesto