día 6

María, con Ernesto a sus pies,

da vida a la vocación MIES.

 

 

LECTURA BÍBLICA

1Cor. 12, 14-21

14 Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro, sino muchos. 15 Si dijera el pie: «Puesto que no soy mano, no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? 16 Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? 17 Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿dónde estaría el oído?; si fuera todo oído, ¿dónde estaría el olfato? 18 Pues bien, Dios distribuyó cada uno de los miembros en el cuerpo como quiso. 19 Si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?

20 Sin embargo, aunque es cierto que los miembros son muchos, el cuerpo es uno solo. 21 El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito».

Reflexión tras la lectura

 

Al igual que los miembros del cuerpo son todos necesarios, en Mies todos somos necesarios independientemente de la vocación que tengamos (casados, solteros, célibes, sacerdotes…).

 

Tras la lectura se puede leer esta oración y dejar un momento para compartir acciones que podemos realizar estando al servicio de los demás desde nuestra vocación de Misioneros de la Esperanza.

 

 

Cristo no tiene manos,

tiene solamente nuestras manos

para hacer el trabajo de hoy.

 

Cristo no tiene pies,

tiene, solamente tiene nuestros pies

para guiar a los hombres en sus sendas.

 

Cristo no tiene labios,

tiene solamente nuestros labios

para hablar a los hombres de sí.

 

Cristo no tiene medios,

tiene solamente nuestra ayuda.

 

 

Compartimos nuestra reflexión:

 

Señor te ofrezco mis manos para... (Limpiar, recoger cabaña porque vendrán otros, aplaudir al otro, abrazar)

Señor te ofrezco mis pies para caminar hacia... (el amigo que me necesita, realizar algún servicio, correr dispuesto en los juegos…)

Señor te ofrezco mis labios para contarles a todos... (lo que he vivido esta semana, que Jesús es mi amigo y me llama…)

 

 

 

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