MIES brotó en su origen de la concepción apostólica del P. Diego Ernesto Wilson Plata, sacerdote de la diócesis de Málaga, y, como hemos dicho anteriormente, hoy es una Asociación Pública de Fieles, de ámbito internacional, erigida por la Conferencia Episcopal Española y aprobada por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
El P. Diego Ernesto Wilson desarrolló una intensa actividad sacerdotal con niños y jóvenes en la Parroquia Santa Mª de la Amargura de Málaga durante once años. Su labor personal y su espíritu apostólico dieron origen a la Asociación MISIONEROS DE LA ESPERANZA.
Nació en Sevilla el 10 de Junio de 1929, hijo de Mercedes y Andrés. Fue bautizado en la Parroquia de S. Lorenzo el 16 de julio de ese mismo año con el nombre Diego de la Santísima Trinidad. Por razones laborales, en 1933, la familia se traslada a Málaga. En 1937, en plena guerra civil española, la familia va a Sevilla por un corto periodo de tiempo. Allí, el 30 de mayo de 1937 Diego Ernesto recibe la primera comunión.
De regreso a Málaga, entre otros colegios, estudia en la Escuela de Salesianos, donde su padre era profesor de mecánica y electricidad, y ahí descubre la acción evangelizadora de S. Juan Bosco con los niños y jóvenes que influirá después en la metodología apostólica de MIES. Más tarde realiza el Bachillerato en el Instituto de calle Gaona, y luego continúa sus estudios en la Escuela de Comercio y en la de Bellas Artes. El 30 de septiembre de 1947, tras haber participado tres meses antes en unos Ejercicios Espirituales, a la edad de 18 años, ingresa en el Seminario Diocesano de Málaga.
Durante su etapa de seminarista tiene diversas experiencias apostólicas con niños y jóvenes, de desigual resultado, que le van mostrando algo de lo que será su futuro camino y misión dentro de la Iglesia.
El día 13 de Mayo de 1956, festividad de Ntra. Sra. de Fátima, recibe la ordenación sacerdotal en la Santa Iglesia Catedral de Málaga se manos del Obispo Auxiliar de la Diócesis D. Emilio Benavent Escuín, siendo entonces Obispo Titular D. Ángel Herrera y Oria.
Todo lo relativo a la Obra Mies empezó a concretarse el 12 de Octubre de 1.956, festividad de Nuestra Sra. del Pilar. El P. Diego Ernesto celebraba su primera Misa solemne en Sevilla, tras su ordenación sacerdotal, a los pies de la Imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena. El Evangelio proclamado era el correspondiente al texto de la resurrección del hijo de la viuda de Naím (Lc 7,11-17). Las palabras pronunciadas en la homilía por el P. Antonio Tineo, acompañadas de una fuerte gracia interior le hicieron ver que la Virgen que le miraba era aquella madre que le suplicaba que le ayudara a salvar a tantos jóvenes que "agonizaban" esclavizados por el pecado, el odio y el egoísmo.
El P. Diego Ernesto se dio cuenta de dos grandes realidades: María necesitaba ser amada por los jóvenes y niños y ser consolada en su pena; y a su vez, los jóvenes y niños necesitaban de la Madre para resucitar a la vida cristiana y ser conducidos a su Hijo Jesús. Ese mismo día, terminada la celebración de la Eucaristía, el P. Diego Ernesto, de rodillas ante la Macarena, escribiría la base de lo que sería posteriormente los fines y la espiritualidad de MIES. Desde ese momento inicial María y los niños y jóvenes ocuparían un lugar central en Mies.
Enseguida busca colaboración en jóvenes que quisieran unirse a él en esta labor. Y, aunque en principio parece que inicia un grupo en Sevilla, entre los que está un primo suyo, no tiene continuidad el grupo al tener que regresar el P. Diego Ernesto a Málaga para realizar las tareas que su Obispo le encomienda.
Más tarde, pide al Obispo que le envíe, junto con otros compañeros, a Venezuela, a la misión que la Diócesis de Málaga unos años antes había asumido, para realizar allí su tarea pastoral. Después de varias tentativas ese deseo no llega a término ya que el médico no autoriza la salida a causa de su precaria salud. El Obispo le envía como coadjutor a la Parroquia de Santa María de la Amargura a la que llega el día 24 de junio de 1957, festividad de S. Juan Bautista, y es dedicado por el párroco a la pastoral con niños, con los cuales forma un grupo de "Cruzados Eucarísticos", siguiendo la sugerencia del párroco D. José Ávila Barbo. Pronto, aunque no sin dificultades y fracasos, consigue un grupo de unos doscientos niños a los que impone la medalla de Cruzados en diciembre de ese mismo año. Las consignas que caracterizaban a los Cruzados eran "Ora, comulga, sacrifícate y sé apóstol".
El piso destinado a ser su vivienda, sito en la C/ Alférez García Valdecasas, 6, bajo dcha, lo convierte en salón parroquial donde acogía a los niños que se instruían y formaban cristianamente a la vez que jugaban y compartían alegrías y esperanzas. Los niños se convertían en apóstoles de otros niños.
En marzo de 1.958, el párroco D. José Ávila le pide que se dedique también a los jóvenes varones. Y tras unas charlas cuaresmales, a las que asistieron unos cuarenta y cinco muchachos, se forma el primer centro de jóvenes. Se llamó Congregación Mariana de la Inmaculada y San Gabriel de la Dolorosa, conocida entre sus miembros por el término familiar de «La Congre».
Las vivencias y actividades de este grupo eran muy similares a las de los Cruzados Eucarísticos aunque estaban adaptadas a la edad y, básicamente, coincidían con lo que hoy es un Centro Mies; claro que con las peculiaridades propias de los jóvenes de aquellos años.
El párroco encomienda, también al P. Diego Ernesto la labor pastoral con muchachas; y «La Congre» alcanza pronto el sorprendente número de cuatrocientos jóvenes de ambos sexos.
Junto al P. Diego Ernesto, trabajaban jóvenes en la organización y en el apostolado, a los cuales se les preparaba de forma especial para que desarrollaran bien su labor. Esta es la primera semilla de lo que será MIES y FIMES.